Alguna vez habremos escuchado a nuestros padres y abuelos acerca de recetas de cocción muy lenta. Estas preparaciones tenían algo en común: el tiempo de cocción, la cazuela de barro, arcilla o hierro pesado y mucho amor.
En nuestros tiempos no tenemos las cazuelas como las de antes y mucho menos fogones que nos garanticen bajas temperaturas.
Sin embargo hoy tenemos una herramienta bien interesante que son las ollas de cocción lenta, Slow Cooker o Crock Pot, como se le conoce del inglés.
Esas ollas son eléctricas, pero de muy bajo consumo lo que las hacen una opción a la hora de cocinar. Además te permiten desantenderlas, salir a trabajar y al regresar ya la comida está lista.
Inclusive puedes dejar haciéndose desde la noche y a la mañana siguiente ya está lista.
Ahora la descripción de la olla de cocción lenta.
La olla de cocción lenta consta de tres partes:
- La base
- La cazuela y
- La tapa
La base es la que tiene el control de temperatura: baja, alta, mantener caliente y apagado (low, high, warm y off)
Algunas de estas ollas permiten programar por lo que tienen además un control electrónico de tiempo. Dependerá a la hora de adquirirla de cuánto estás dispuesto a gastar.