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11 de octubre de 2012

UNA DE PASTA

Cuando pensamos en pasta siempre desfila por nuestra mente una salsa roja como la napolitana o la bolognesa, verde como el pesto genovesse o blanca como cualquiera con crema y queso.
Hoy quiero comentarles sobre un pesto y no es el genovesse sino uno siciliano. Un pesto que no es común y que sobre él podemos opinar después de haberlo probado.

Lo podemos hacer como las abuelas sicilianas procesando los ingredientes en un mortero o en un molcajete, o lo procesamos en una licuadora o un procesador de alimentos.
Cualquiera que sea el utensilio utilizado procederemos a triturar queso parmiggiano junto a unas almendras, añadimos algunas anchoas de lata con un poco de su aceite. Continuamos añadiendo un ají picante, según sea su gusto, dos para hacerlo más picante o ninguno.
Se le añade un poco de aceite de oliva extra virgen para suavizar la mezcla y por último un ramillete de albahaca, tomates cherry (pueden se tomates perita) y un diente de ajo. En este momento rectificamos la sal que no hemos añadido por tener queso y anchoas, y pimienta al gusto.
Reservar este pesto y guardar un poco de agua caliente de la utilizada para cocinar la pasta que preferiblemente debe ser rigatoni o fussili.
En una fuente unimos la pasta con la salsa a la que añadiremos un poco del agua caliente reservada, para darle humedad. Un poco más de aceite de oliva y si quieres un poquito de queso parmiggiano en lajas o rallado grueso. Un toque especial sería unos tomates secados al sol hidratados. Bon Appetit

10 de octubre de 2012

LA LENGUA DE RES EN SALSA, SIGUE SIENDO LA REINA

Parece mentira como los cortes de carne mas "modestos" son los que tienen mas sabor y que definitivamente obtienen los mejores comentarios.
Resulta curioso como la gente te mira como quien mira un marciano cuando dices paticas u orejas de cochino. O cuando mencionas lengua en salsa o sesos fritos en mantequilla.
Por circunstancias que no vienen al caso mencionar unas y otras por mi increible curiosidad gastronómica puedo decir que he comido cosas que muchas personas ni siquiera saben que se come.
Toda esta introducción para llegar a la increible y espectacular lengua en salsa o estofada o como te provoque llamarla. Es sencillamente deliciosa.
Tenía tiempo sin prepararla y hoy sencillamente me desquité. Anoche dejé descongelando tres y esta mañana temprano sencillamente las cociné en agua. Para quitarles la piel y llevarlas a un punto de cocción donde todavía ofrecía cierta resistencia al morder.
Una vez peladas y cortadas en tiritas se reservan para dedicarnos a preparar el sofrito que no es otra cosa que cebollas, pimientos, un ají picante (chile) cortado tan pequeño que desaparece, cebollinos y ajos machacados (triturados).
Todos estos ingredientes se sofríen en un caldero hasta que la cebolla luzca marchita y se añade la lengua cortada en tiritas.
Dos o tres cucharadas de pasas, una cucharada de alcaparras y media tres cuartos de taza de estracto (pasta) de tomate, una botella de vino tinto, pero por Dios nada de pichirrear con el vino, es una botella de buen vino y un poco de caldo desgrasado de la cocción de las lenguas.
Se cocinan a fuego medio alto hasta que la salsa haya reducido hasta el punto de tener que agregarle dos tazas de agua.
Bajar el fuego y cocinar diez minutos mas. Rectificando en este punto la sal, pimienta y añadiendo una cucharada de azúcar.
Quizas no he sido tan formal en cuanto al formato de la receta pero de eso se trata realmente, de utilizar tu criterio para ajustar las cantidades. Así se convierte en tu receta. Bon Appetit.